¿Fueron los 400 años de opresión del pueblo de Israel en Egipto, un castigo de Dios para Abraham?
Cuando Dios le revela a Abraham que esto habrá de ocurrir (Gén_15:13), no hay indicios en el pasaje de que esto sea la consecuencia de alguna duda o pecado por parte de Abraham. De hecho, antes de que Abraham recibiera esta revelación por parte de Jehová, se nos dice en Gén_15:6 que Abraham le creyó a Dios "y le fue contado por justicia" (i.e. justificación por medio de la fe).
Cuando vemos en Éxodo la historia de la opresión y esclavitud del pueblo de Israel en Egipto, tampoco encontramos indicios de que haya sido un castigo de Dios hacia Abraham.
Lo que si podemos asegurar con certeza, es que Dios cuidó y sustentó a su pueblo y lo hizo habitar en una tierra en donde prosperaría y crecería (Éxo_1:7). Pero llegado el momento en el tiempo y planes de Dios, era necesario mostrarles que no bastaba su fortaleza y número (lo egipcios llegaron a temerles, Éxo_1:9) y que no importaban la opresión y esclavitud ejercidas por Egipto, el único que podía liberarles, el que tenía en sus manos el poder de rescatarlos, era el mismo que les había protegido y sustentado hasta ese momento: Jehová Dios. Era necesario también recordarles que Sus planes eran llevarlos a la Tierra Prometida, lejos de Egipto (que simboliza el pecado), y que la comodidad entre gente extraña y pagana (que equivale a amar al mundo y las cosas en él) no era lo que Él deseaba para su pueblo. Pero para lograr su libertad, sobrevivir y llegar a la Tierra Prometida, debían aprender a vivir en obediencia y dependencia total en Dios y no en sus fuerzas y logros. Israel tenía que recordar que Dios es un Dios que no olvida sus promesas y que cumple sus pactos y que ellos habían sido formados y escogidos para ser Su pueblo.
En las propias palabras de Jehová, cuando habló con Moisés en el capítulo 6 de Éxodo:
Éxo 6:2 Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ.
Éxo 6:3 Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.
Éxo 6:4 También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron.
Éxo 6:5 Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.
Éxo 6:6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes;
Éxo 6:7 y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto.
Éxo 6:8 Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ.
Esta es también la historia de nuestra vida: nos libertó de la esclavitud del pecado, nos hizo sus hijos y nos dió la vida eterna; todo se lo debemos a Él.
Cuando vemos en Éxodo la historia de la opresión y esclavitud del pueblo de Israel en Egipto, tampoco encontramos indicios de que haya sido un castigo de Dios hacia Abraham.
Lo que si podemos asegurar con certeza, es que Dios cuidó y sustentó a su pueblo y lo hizo habitar en una tierra en donde prosperaría y crecería (Éxo_1:7). Pero llegado el momento en el tiempo y planes de Dios, era necesario mostrarles que no bastaba su fortaleza y número (lo egipcios llegaron a temerles, Éxo_1:9) y que no importaban la opresión y esclavitud ejercidas por Egipto, el único que podía liberarles, el que tenía en sus manos el poder de rescatarlos, era el mismo que les había protegido y sustentado hasta ese momento: Jehová Dios. Era necesario también recordarles que Sus planes eran llevarlos a la Tierra Prometida, lejos de Egipto (que simboliza el pecado), y que la comodidad entre gente extraña y pagana (que equivale a amar al mundo y las cosas en él) no era lo que Él deseaba para su pueblo. Pero para lograr su libertad, sobrevivir y llegar a la Tierra Prometida, debían aprender a vivir en obediencia y dependencia total en Dios y no en sus fuerzas y logros. Israel tenía que recordar que Dios es un Dios que no olvida sus promesas y que cumple sus pactos y que ellos habían sido formados y escogidos para ser Su pueblo.
En las propias palabras de Jehová, cuando habló con Moisés en el capítulo 6 de Éxodo:
Éxo 6:2 Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ.
Éxo 6:3 Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.
Éxo 6:4 También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron.
Éxo 6:5 Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.
Éxo 6:6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes;
Éxo 6:7 y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto.
Éxo 6:8 Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ.
Esta es también la historia de nuestra vida: nos libertó de la esclavitud del pecado, nos hizo sus hijos y nos dió la vida eterna; todo se lo debemos a Él.
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