Las recompensas por obedecer a Dios

Hemos estado viendo temas acerca de la familia y los roles de cada miembro. Cuando hablamos de roles y responsabilidades establecidos por Jehová Dios, no podemos pretender que nuestra aceptación de estas responsabilidades es opcional; son preceptos dictados por el Señor y Él espera que obedezcamos su voluntad.

En ocasiones sentimos que solamente leemos (en la Biblia) o escuchamos (en clase) órdenes y órdenes y más órdenes. Sentimos que todo el énfasis es sobre la obediencia. En un sentido es así, ¿qué no hemos muerto juntamente con Cristo? ¿Acaso no pertenecemos, junto con todo lo que tenemos, solamente a Jehová Dios? ¿No le llamamos a Jesús, nuestro Señor y Dueño? Si esto es cierto en nuestras vidas, entonces le debemos todo nuestro amor, nuestra lealtad, nuestras pertenencias, nuestra obediencia y toda nuestra vida a Él.

Pero obedecerlo nos provee más que solamente protección; nos provee bendiciones. Charles Stanley en su estudio "Una Vida de Obediencia" lo expresa así:

Indudablemente el hecho de seguir y obedecer a Dios resulta en grandes recompensas. El Señor prometió a Josué que prosperaría si meditaba en la Palabra de Dios y guardaba e hiciera conforme a todo lo que en ella está escrito (Jos 1:8). Esta promesa sigue vigente hasta nuestros días, aunque a los ojos del mundo el éxito no consista en ser aprobado por Dios. No obstante, la persona que siga los caminos del Señor logrará experimentar victoria personal, pues tendrá serenidad, calma, paz y gozo como el mundo no podrá otorgársela, pues no importa lo que suceda a su derredor, esa persona tendrá felicidad y vida en abundancia (Jn 10:10). Al mismo tiempo, no debe sorprendernos que seamos expuestos a sufrimientos, pues muchas veces Él emplea ese medio para que crezcamos en la vida cristiana y nos semeje más a Cristo en obediencia y sumisión a la voluntad de Dios.

Puede haber ocasiones en las que Dios nos demande hacer algo que aparentemente carezca de sentido, desde el punto de vista humano. Por ejemplo, quizá nos demande que hagamos algo que nos parece demasiado difícil, como perdonar alguna ofensa. O insista en que le entreguemos el diezmo aunque estemos atravesando por alguna situación bastante precaria en nuestras finanzas y consideramos que no será posible cumplir con ese cometido. O puede ser que Él nos indique que le sirvamos más activamente en la iglesia, asumiendo el liderazgo de algún trabajo vital para una tarea en particular. Pero es posible que usted no se imagine que su fidelidad podrá inspirar a otras personas para que se entreguen también a servirle. En cualquier situación, podemos estar seguros que Dios suplirá lo que necesitemos y se glorificará por medio de nuestra obediencia.

Debemos vivir obedeciendo para vivir bendecidos.

Te invito a que descargues y leas el estudio completo: "Una Vida de Obediencia" por Charles Stanley (son 2 cuartillas únicamente) haciendo clic aquí.

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Imagen original de fondo: Gaius Valerius Flaccus